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INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS DE PATRIMONIO MUNDIAL SERÍA CAUSAL DE NULIDAD DE AUTORIZACIONES DEL HOTEL EN SAPHY

Es obligación de los "Estados Parte" de la Convención de Patrimonio Mundial notificar antes de la toma de decisiones, de cualquier proyecto que pudiera dañar el Valor Universal Excepcional de un sitio

Publicado: 2015-12-27

El hotel "Four Points by Sheraton" que se viene construyendo en la calle Saphy se encuentra ubicado en el área de mayor protección de la Ciudad Antigua del Cusco, como se estableció al inscribirla en la Lista del Patrimonio Mundial. Se trata de una construcción de gran magnitud y características inapropiadas, que puede poner en riesgo los Valores Universales Excepcionales por los que el Cusco no sólo fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial, sino que forma parte del imaginario universal y es un destino del turismo cultural de primer nivel. 

No demonicemos a esa obra que se vienen ejecutando en la calle Saphy: no es más que el síntoma de un mal mayor que los cusqueños y los peruanos debemos asumir y corregir, sino queremos que la "humanidad" nos censure declarando probablemente en peligro la Ciudad Antigua del Cusco. En efecto, edificaciones indebidas e improvisadas comienzan a aparecer por una y otra parte de la ciudad, afeándola, desfigurándola, alterando su autenticidad. Y ese es un error que Cusco y el Perú no se pueden permitir.

Lo terrible del hotel de la calle Saphy es que pone en evidencia todos los equívocos que se vienen cometiendo en el sistema de protección del patrimonio cultural, incluido el de nivel mundial, en el Perú. Hemos debilitado el sistema de protección bajo el prurito de "favorecer la inversión", sin darnos cuenta que si las cosas no se orientan debidamente, más dinero no es sinónimo de mayor desarrollo.

Este afán por favorecer las inversiones llega al punto que la obra del hotel que ahora comentamos, ha sido beneficiada con programas tributarios. Que se promueva el desarrollo, incluyendo por supuesto la infraestructura ADECUADA Y ACORDE A LOS VALORES HISTÓRICOS, cuando corresponda, es algo positivo. Pero "promover" con incentivos públicos una obra alejada de lo deseable, definitivamente es algo calificable de negativo y errado.

Si eso sucede, como en efecto está sucediendo, es síntoma de que algo está funcionando muy mal.

Las Directrices Prácticas para la Aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, que constituyen el Reglamento de la norma internacional establecen en su parágrafo 172:

"El Comité del Patrimonio Mundial invita a los Estados Partes en la Convención a que informen, a través de la Secretaría, de sus propósitos de iniciar o autorizar, en una zona protegida por la Convención, obras de restauración considerables o nuevas edificaciones que pudieran modificar el Valor Universal Excepcional del bien. En tal caso, la notificación se deberá efectuar lo antes posible (por ejemplo, antes de la redacción de los documentos básicos de proyectos específicos) y antes de que se tomen decisiones difícilmente reversibles, a fin de que el Comité pueda participar en la búsqueda de soluciones adecuadas para garantizar la plena conservación del Valor Universal Excepcional del bien. "

Cuidado, la redacción diplomática del parágrafo no significa que los Estados Parte pueden hacer caso omiso a esa invitación a informar oportunamente, y permitir así cualquier tipo de intervención. Mejor dicho, pueden hacerlo, pero cuando se evalúe el caso, el Comité del Patrimonio Mundial se verá obligado a declarar en peligro el bien o, inclusive y de acuerdo a la magnitud del daño, a retirarlo de la Lista internacional, como ha sucedido con el Paisaje del Valle de Dresde, en Alemania.

Es mejor plantear las cosas con claridad tan temprano como se pueda. Lamentablemente el tema del hotel recién se ha hecho público en estos últimos días, eso pese a que la sede principal de la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura del Cusco está a pocos metros de donde se han construido tantos pisos. Difícilmente pueden los funcionarios recurrir a una salida del tipo " no sabíamos ". Pero por supuesto eso es sólo lo anecdótico: la participación de los delegados ad hoc ha puesto en evidencia la debilidad sistémica mayor: no se puede proteger el patrimonio con una participación tan debilitada del ente técnico encargado de la conservación. Y eso no se limita al caso del Hotel Four Points by Sheraton, sino que abarca, insistimos, muchas otras construcciones que están alterando alturas, distorsionando volumetrías, modificando apariciencias, introduciendo materiales indebidos, demoliendo partes, entre muchas otras faltas que dañan el paisaje urbano cusqueño. Su impacto, sumado, es brutal e implica la toma de medidas correctivas (no sólo sancionadoras) de suma urgencia.

La Comisión creada por el Municipio para evaluar la situación en torno al caso del proyecto del Hotel Four Points by Sheraton, y más que ellos el Sr. Alcalde del Cusco, don Carlos Moscoso, se encuentran ahora frente a los reflectores de la historia. De su gesto, determinado o cómplice, depende en gran parte una actitud acorde a los Valores Universales Excepcionales del Cusco. Cabe esperar también que la transnacional Starwood tome conciencia de las cosas y se dé cuenta de la gravedad de continuar con un proyecto que terminará asociando su marca empresarial con el daño de uno de los iconos de la cultura mundial.

Esperamos entonces que en cumplimiento de la normativa internacional, en aplicación de los criterios técnicos nacionales y mundiales, y considerando incluso el rango constitucional de la protección del patrimonio en el Perú, la Municipalidad del Cusco declare la NULIDAD DE OFICIO de las autorizaciones y licencias que han hecho posible que esa obra venga concretando, y realice todos los esfuerzos necesarios para demoler lo que se ha construido fuera de los parámetros técnicos, de la mano con el Ministerio de Cultura (tarea en la que hay que exigir acciones contundentes de nivel Ministerial, en coordinación con las de la DDC del Cusco) y de la sociedad civil. Esperemos que Starwood dé también un ejemplo de responsabilidad y no insista con un proyecto irracional, lo que no impide que replantee el tema a través de un proyecto nuevo, adecuado a los valores del sitio. Así, de la imagen de empresa promotora del maltrato al Patrimonio Mundial, que esta situación le viene sin duda generando, pasaría a la de aliado de la toma de conciencia en pro de su adecuada conservación. Un acto de responsabilidad que, además, podría ser hasta una estrategia de reposicionamiento empresarial frente a una crisis que, en caso contrario, le terminará afectando.

Queda por verse la actitud de R&C en calidad de ejecutor de la obra. En ese caso, las formas y procedimientos seguidos deben ser claramente analizados a fin de determinar responsabilidades. En Huamachuco, habrían habido anteriormente alteraciones causadas por otro hotel construido por la misma empresa. Pero en este caso se trata nada menos que del Cusco, capital imperial cuya casta se demostrará en las próximas horas. Confiamos que se declare la nulidad y se tomen las medidas administrativas y de cualquier otra índole para la demolición de cuanto sea necesario demoler. Estamos atentos a vigilar por la aplicación de las sanciones correspondientes a los malos funcionarios de gestiones anteriores que permitieron que este proyecto llegue al punto que ha llegado, pero también a quienes ahora tienen el deber de actuar con decisión en pro del Cusco, ciudad universal.


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